Hoy muchas personas no se fijan en un sueldo o en el reconocimiento de un cargo, hoy miran qué aspectos motivan a estar o no en una organización. El salario emocional es un concepto asociado a la retribución de un empleado en la que se incluyen cuestiones de carácter no económico, cuyo fin es satisfacer las necesidades personales, familiares y profesionales del trabajador, mejorando la calidad de vida del mismo.
Este tipo de retribución puede actuar como “factor motivador” de los empleados y así mejorar la opinión que los trabajadores tienen de la empresa. Por lo tanto, no se trata de recibir una mayor cantidad de dinero, sino de recibir prestaciones que el trabajador entiende como beneficios más valiosos que una subida de sueldo.
Ventajas.
Las empresas interesadas en la aplicación de una política retributiva con salarios emocionales deben pensar que no es cómodo y necesariamente barato aplicarla. Sin embargo tiene grandes beneficios cuantificables:
Mayor productividad: los empleados satisfechos con su vida laboral y que pueden compaginarla con la personal trabajan de manera más eficiente y comprometida con la empresa.
Índices de rotación menos elevados: tener a los empleados satisfechos les hace más fieles a la empresa. Esto reduce los gastos de selección, nuevas formaciones por admisión y gestión de personal.
Menor nivel de absentismo: muchas enfermedades y trastornos que producen bajas laborales o ausencias del puesto de trabajo tienen un trasfondo emocional: acoso laboral, estar quemado, estrés, depresión, ansiedad, ... Los salarios emocionales adecuados redundan en beneficios psicológicos y reducen las bajas y retrasos.
En estos momentos de crisis, en los cuáles es difícil recompensar de manera económica a los trabajadores, se hace más necesario diseñar una política retributiva nueva que incluya un salario emocional, pero no como un remiendo tacaño de circunstancias, sino como un recurso para motivar a los empleados que debería seguir siendo cultivado cuando esta crisis finalice.
Ejemplos de salario emocional.